Jornada sobre la enfermedad Xylella Fastidiosa
El pasado 12 y 13 de diciembre participamos en un gran encuentro internacional de especialistas de España, Italia, Francia, Estados Unidos y otros, sobre la enfermedad de la Xylella Fastidiosa, bacteriosis que está ya presente en amplias zonas de Italia, la Península Ibérica y Baleares. Además de las graves pérdidas en agricultura, amenaza también con destruir el riquísimo patrimonio vegetal de especies centenarias que han sobrevivido en nuestros jardines y parques desde hace siglos, algunos de estos ejemplares heredados de la época árabe o romana.
En este Encuentro Internacional organizado por la Revista especializada Phytoma y la Consellería de Agricultura de Valencia ha sido muy intenso y realmente provechoso a nivel de conocer y comunicarse los diferentes agentes que están participando en el proceso de identificación y control de la enfermedad.

Primera-deteccion-Xylella-Fastidiosa
La enfermedad Xylella Fastidiosa, hoy por hoy, se considera incurable.
El patrón de desarrollo de esta bacteria es muy difícil de controlar. Vamos a ser positivos por la gran cantidad de medios dedicados a este problema, pero no se va a solucionar de un año para otro. Nos vemos avocados a una convivencia necesaria con a la enfermedad en los próximos años.
Sanidad Vegetal está haciendo grandes esfuerzos por garantizar seguridad fitosanitaria a los que consuman plantas en o desde zonas afectadas. Aunque, a veces, resulte realmente difícil trabajar por el malestar generado entre los afectados al tener que destruir o inmovilizar plantas y árboles de su propiedad, generándose conflictos, demandas judiciales, etc.
Por otro lado, la mayoría de soluciones inmediatas como son las medidas oficiales de erradicación y contención de plantas infectadas o huésped van por el camino de control fitosanitario del vector, y esto genera un conflicto frontal con los grupos de cultivo ecológico de almendro y olivo.
Es un problema que tendremos que resolver entre todos.
Con buenas prácticas, con investigación, con medios económicos, con indemnizaciones, y sobre todo con una estrategia común, no es la primera y no va a ser la última enfermedad “incurable” que llegue a nuestros árboles y palmeras.