Alarma en el sector por la proliferación en el mercado de fitosanitarios ilegales
Las falsificaciones o el uso indebido de productos fitosanitarios pueden causar graves daños a la salud de las personas, a nuestros cultivos y a los ecosistemas.
Las operaciones policiales Fresón, Karpos, Teja, Letargo, Don Limpio, Flúor, Fitotráfico o Silver Axe demuestran que para el SEPRONA y para Europol, la lucha contra el contrabando de fitosanitarios ilegales es una prioridad. Europol estima que las pérdidas por comercialización de productos falsificados, importados y distribuidos sin ninguna medida de control dentro del mercado europeo es de 1.300 millones de euros anuales. Pero más importante aún, las posibles pérdidas por daños a la salud de las personas y los ecosistemas son incalculables.
Otras cifras no menos alarmantes: Bruselas calcula que el 10% de los pesticidas comercializados en los países miembros son ilegales, no sometidos a los controles preceptivos. La cifra alcanza el 25% en aquellos países con fronteras a terceros.
En España, se estima que entre un 10-18%, lo que representó 110 millones de euros en 2016. Teniendo en cuenta que España es el principal consumidor de fitosanitarios de Europa, ¿Cuántos litros de peligrosos venenos circulan ilegalmente en nuestro mercado?
Tipos de productos fitosanitarios ilegales
Se entiende como fitosanitario ilegal todo aquel que no ha sido homologado, es decir, que no ha pasado los trámites legales para su comercialización y, por tanto, no puede adquirirse en puntos oficiales de distribución. Entre los así considerados, encontramos:
- Productos importados de otros países europeos que, aunque registrados y autorizados en España, llegan con el etiquetado del país de origen.
- Productos que aunque estuvieron autorizados, perdieron posteriormente dicha autorización.
- Copias de productos exclusivos cuyo aspecto es exactamente igual al original, lo que incurre en una infracción sobre la propiedad intelectual y la propia marca.
- Copias de productos genéricos no autorizados en el país, con etiquetas en las que solo aparece el nombre de la materia activa y la concentración.
- Productos con la materia activa original más diluida y envasados en calidades inferiores.
- Productos que con el “disfraz ABONO CEE” incluyen sustancias que necesitarían de registro fitosanitario.
- Productos procedentes de Europa del Este, Turquía y, la gran amenaza, China, de los que, en algunos casos, ni siquiera se ha logrado determinar la composición.
Durante 2015-2016, la Guardia Civil señaló 3.288 infracciones por la utilización ilegal de fitosanitarios, cifras que incluyen expedientes por la manipulación de personal no autorizado o el empleo de productos caducados.
Riesgos
Acabamos de leerlo. En algunos casos, ni siquiera los modernos laboratorios estatales han conseguido determinar la composición de algunas sustancias. Los riesgos son múltiples e impredecibles y por sí mismos tendrían que disuadir de su uso a cualquier profesional digno de ese nombre.
Riesgos para las personas: Suponen una amenaza porque exponen a riesgos no previstos a todas las personas implicadas, desde las personas que aplican el producto o manipulan el cultivo hasta las consumidoras finales de los productos tratados. La toxicidad de estos productos no autorizados puede ser muy elevada y las instrucciones de uso y seguridad no tienen porqué corresponder a lo establecido en la etiqueta.
Riesgos para los cultivos: Los efectos sobre los cultivos no tienen porqué ser los esperados, puesto que no está garantizada la composición y estabilidad del producto.
Riesgos para la empresa: Comprometen la comercialización de la cosecha, que puede ser retenida y retirada del mercado. También pueden resultar dañados los equipos y contaminadas las instalaciones. Las sanciones impuestas quizás no disuadan a las grandes bandas criminales que trafican con estos productos pero pueden hacer mucho daño a una pequeña explotación. Si su uso se considera delito contra la salud pública, puede acarrear condenas de prisión, inhabilitación y pago de indemnizaciones.
Riesgos para el sector: Son notables las pérdidas directas para fabricantes y distribuidores legales. Además, suponen un enorme impacto negativo sobre el sector hortofrutícola español en su conjunto y comprometen su credibilidad al dar lugar a dudas sobre la salubridad de los productos. Finalmente, suponen un golpe a la innovación y un lastre para el futuro desarrollo del sector porque las empresas de I+D no se arriesgan a desarrollar y registrar nuevos productos para nuestros cultivos ya que su retorno está amenazado por competidores ilegales.
Cómo evitar adquirir un fitosanitario ilegal
Para no adquirir un producto ilegal sin saberlo, conviene prestar atención. Recomendaciones:
- La etiqueta debe contener el número de registro que indica que las autoridades sanitarias han comprobado y validado la información recogida en la misma.
- Consulte la composición del producto, debe incluir todos los ingredientes activos.
- Compruebe para qué cultivos está autorizado.
- La etiqueta debe ser perfectamente legible, estar bien adherida al envase y a la caja, sin desperfectos ni manchas y con el nombre del importador y titular en lugar visible.
- Compruebe que el proveedor está inscrito en el Registro Oficial de Productores y Operadores (ROPO)
- Pida albarán o factura de la compra del producto.
- Pregunte al proveedor sobre equipos de seguridad y protección recomendados por el fabricante.
- Sospeche de ofertas y descuentos excesivos.
Para aclarar cualquier duda, contacte con las delegaciones territoriales de la Consejería o en la web del Ministerio, y comunique cualquier sospecha a la autoridad competente.